El presidente de la Comisión de Industria y Energía de CEOE, Guillermo Ulacia, ha pedido que en España se configure un Pacto de Estado para responder a los desafíos a los que se enfrenta el sector de la Industria y garantizar las políticas adecuadas para aumentar la competitividad y el peso específico de la industria en el PIB nacional.
Guillermo Ulacia, que ha presentado junto a la Asociación de Periodistas de Información Económica, APIE, el informe "la industria, motor de crecimiento: análisis y recomendaciones” ha señalado que para lograr ese pacto es necesario implicar al conjunto de la sociedad española con un papel activo de todos los agentes afectados, sector empresarial, trabajadores, sindicatos, administraciones públicas y partidos políticos.
Entre los desafíos a los que se enfrenta el sector, el informe subraya: lograr un precio competitivo de la energía para las actividades industriales, teniendo en cuenta los países de nuestro entorno europeo y global; desarrollar infraestructuras y medidas regulatorias que aumenten las capacidades del transporte y aceleren el acceso a los mercados y promover la internacionalización de las empresas implantadas en España.
Además, se citan también como retos: estimular y facilitar la inversión en innovación, desarrollo tecnológico y digitalización en las empresas; impulsar la Formación para garantizar el talento y la capacitación; desarrollar un marco regulatorio que proteja los principios de la unidad de mercado, evite la sobrerregulación y mejore la eficacia y eficiencia normativa; fomentar el redimensionamiento empresarial; promover una política fiscal coordinada entre el Estado y las autonomías e impedir que la legislación en materia de cambio climático y de comercio de derechos de emisión sitúe a las empresas españolas en desventaja competitiva, y apostar por una economía circular.
Durante el encuentro, se ha destacada que en España el sector manufacturero tiene un peso del 14% del PIB, según datos de 2016. Además, en los últimos años el peso de este sector se ha recuperado desde los mínimos alcanzados en el periodo 2009-2012 (13,2% del PIB en media). Pero, sin duda, uno de los aspectos más relevantes de esta actividad es su efecto arrastre sobre otros sectores de la economía. Así, cuando se produce un incremento por valor de un euro en la demanda final del sector manufacturero, conlleva un incremento en el valor de la producción del conjunto de la economía por valor de 3,11 euros.
En términos de empleo, la industria manufacturera en España concentró el 12,5% del total, lo que supone 2,3 millones de trabajadores, según reflejan los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) de 2016. Hay que destacar la estabilidad y la continuidad de los empleos y el gasto en formación de los trabajadores, que en el sector industrial son más positivos que en la media de la economía. Según la EPA, para el ejercicio 2016, el sector industrial presenta un porcentaje de trabajadores con jornada completa (94,5%) y con contratos de trabajo indefinidos (78,7%) superior a la media del resto de sectores.
La remuneración por asalariado en el sector de las manufacturas ha sido superior a la media de la economía, ampliándose esta diferencia en los diez últimos años. Así, la remuneración por asalariado en las manufacturas ascendió a 38.600 euros en 2016, un 10% más que los 35.100 euros para el conjunto de la economía.